lunes, 6 de mayo de 2019

Camino de Santiago.

  Buen camino decían... ¡y tan bueno!
  Ha pasado ya un mes y todavía recuerdo como si fuese ayer aquella maravillosa semana. Una semana que se hizo corta, pero fue muy intensa. Una semana que muchos usamos, tal vez, para conocernos a nosotros mismos, otros, para conocer gente, algunos, para ligar, y otros... bueno otros simplemente para caminar.
  Fuese cual fuese el propósito de aquel camino estoy segura de que todos nos llevamos mucho más de lo que teníamos pensado, y casi todo, digno de repetir y recordar, sobretodo no olvidar. 
  No olvidar todos los pasos dados, no olvidar a las personas que nos han ayudado o que simplemente con ni saludar, han ayudado a una mejor convivencia. No olvidar todos los momentos, tanto aquellos que nos hacen reír, como los que nos hacen llorar. Tampoco podemos olvidar nuestros límites, y debemos saber que con un poco de esfuerzo esos límites pueden desaparecer, y ni con esas debemos olvidarles, nunca se sabe cuándo pueden volver.
  Recuerdo todas esas caras de sufrimiento y de pánico al ver las ampollas en los pies, el olor a pies que dejábamos en los albergues, y que todavía permanece en mis botas. 
  La verdad, cuando me apunté al camino lo hice con muchísima ilusión, pero con el paso del tiempo fui conociendo a la gente de mi curso, y la verdad que se me pasaron las ganas, a dos días del camino estaba diciendo por ``Las Juanolis´´ que yo no iba, que me quedaba en Madrid, pero no fue así, al final fui y volvería a ir mil veces más.
  Yo iba con mis amigas de clase y un amigo de toda la vida de grado superior, el primer día cuando llegamos a Alto Do Poio el autobús nos dejó ahí en mitad de una carretera de la cual no se veía el final gracias a la nieve y niebla que había. Fue la etapa más dura, con diferencia, iba con mis amigas de clase al final, íbamos las últimas dado que fuimos las últimas en bajar del autobús, si no llega a ser por ellas yo me habría quedado a mitad de esa etapa, si, la primera, la de 14kms que no son nada, pero con nieve, aire y niebla... esos 14kms se vuelven infinitos. 
  El segundo día mis amigas se fueron quedando atrás, yo iba en la parte delantera con mi amigo y un pequeño grupo que había hecho con otras personas de grado medio-superior, durante esa segunda etapa llegamos a formar una piña, suena raro, pero el camino da para mucho, y el que no lo hace no lo entiende. 
  A raíz de conocerles nos empezamos a juntar con ellos, todos los días caminábamos juntos, cantábamos, bailábamos, de verdad que parecíamos amigos de toda la vida, como mi amigo y yo. Del camino lo que más me llevo es a ellos, porque sin ellos caminar todos esos kilómetros no hubiese sido viable, o simplemente, se hubiesen hecho infernales.
  El Camino de Santiago es una experiencia que hay que vivir, el que no la vive nunca podrá entender todo esto, no podrá entender lo que es darle la mano a tu ``enemigo´´ para ayudarle o mejor aún, ofrecerte a llevar la mochila de alguien, o incluso a alguien en brazos, porque dejando de un lado las capacidades físicas de cada uno, todos estábamos en el mismo sitio y todos íbamos a acabar en el mismo lugar: Santiago. Hubo personas que me sorprendieron, nunca pensé que podrían acabarse el camino, y ahí están, esperando la compostela, también hay personas que por el hecho de haber querido ir de ``superresistente´´ han acabado en la furgoneta. Al final el camino saca lo que realmente eres, lo que realmente aguantas, y muchas personas aprendieron a que los límites muchas veces están más lejos de lo que nos pensamos, otros, sin embargo, los encontraron mucho más cerca de lo que esperaban.
  Podría escribir un libro sobre toda mi experiencia en el camino, pero insisto, hay que hacerlo para entenderlo, es simplemente maravilloso.
  
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Palabra Inventada: Reagguantón.

Reagguantón: Momento de fiesta en el que después de aguantar a tus cercanos cantándose todas las canciones de reggaetón, y tu no saber ninguna, pides a alguien que te acompañe a tomar el aire y te dice que aguantes una más. También puede usarse para ese día que sales y la hora de volver a casa depende de otra persona, y te dice que aguantes un par de ``temazos´´ más.
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miércoles, 24 de abril de 2019

Palabra inventada: madrugarexia

Madrugarexia: es la alergia causada al despertarse pronto. Se nace con ese rechazo o repugnancia a despertarse temprano. La lástima, no hay cura (y más cuando eres estudiante o trabajador), ni con los años se va de su cuerpo.
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martes, 23 de abril de 2019

Redacción Camino de Santiago

Paloma Martín Rubio.

El camino De Santiago, una experiencia estupenda e inolvidable en la que conoces gente maravillosa y las cuales congenian muy bien contigo y además, reflexionas y aprendes a convivir un poco más con personas y con uno mismo.

La etapa que voy a destacar va a ser la quinta, era la más larga (de 28,8km) y la más dura para los demás, supongo. Digo supongo porque yo tuve que quedarme en la furgoneta.


La etapa que me resultó más fuerte fue la del día de antes, llegue más tarde que todo el grupo ya que no podía más con el dolor de rodilla que tenía. Fue un día muy difícil, sabía que no podía más y que posiblemente, por la enfermedad de mi rodilla podría quedarme sin caminar algún día.


Llegué con Laia, bastante después que nuestros compañeros, no voy a dar detalles pero no fue muy bien. Nuestra amiga Paloma nos esperó para comer juntas. Comiendo no me sentía muy bien, tenía muchos pensamientos y una rara tristeza.
Después de comer, me llevaron a urgencias. Sentí mucho pánico, ya que no sabía si me podía ir a Madrid por eso y yo quería acabar en Santiago, caminando, porque para eso fui. Además, unas palabras de Sergio agudizaron el sentimiento ya que me afirmó poder volver a mi casa y como ya he dicho, no quería eso. Aunque todo acabó cuando el médico me dijo que con podía seguir si me lo tomaba con calma.


El día de la quinta etapa me desperté, la verdad, sin ninguna prisa. Había dejado todo hecho por la noche y no tenía que prepararme igual de deprisa como si saliese a caminar con todo el grupo.
Me quede en el albergue con otros cinco compañeros que tampoco podían caminar.

Empecé aburriéndome un montón. Además, me veía ahí sentada, con la pierna estirada y el hielo... y pasaban muchas cosas por mi cabeza...
Después, llegó Pini con muchísimo fiambre para hacer los bocadillos de nuestros compañeros. Ahí echamos toda la mañana. Que por cierto, estoy segura de que si ese día no llegamos a ser tantos, entre los dos profesores que quedaban para conducir las dos furgonetas, no podrían haber hecho solos los doscientos diez bocatas, ya que había que entregárselo al grupo en el descanso y no les daría tiempo.


La media mañana ya había pasado. Después, fuimos a recoger la comida, eran unas empanadas de distintos tipos... y llegamos al lugar de encuentro para comer, ya que nuestros compañeros después seguirían caminando.



En toda la mañana yo me relacioné con mis compañeros y estuvimos compartiendo reflexiones, porque la verdad eran necesarias. Sé que la gente pensaría “qué morro van en la furgoneta” pero realmente ellos no saben lo que te toca la moral, ya que tú has ido a caminar y no puedes hacerlo porque tu cuerpo no te deja.



Ellos fueron muy majos conmigo y unos a otros nos apoyamos y nos escuchamos, de hecho ahora tengo un nuevo grupo de amigos, y dos de ellos están en él.


Cuando comenzaron a caminar de nuevo para terminar la etapa, nosotros fuimos a los albergues, ese día el albergue que nos había tocado a cuarto de la ESO y primero de Bachillerato era una maravilla.

Esperándoles, dos compañeros y yo fuimos a una farmacia. Yo me compré una rodillera para poder caminar los siguientes días y sentir la rodilla más sujeta, además, me lo había recomendado el médico. Mis compañeros se compraron una tobillera y una crema.
Justo cuando salíamos de la farmacia les vimos llegar así que ya podríamos estar todos juntos.

Esa tarde me quedé en la cama reposando la rodilla porque al día siguiente iba a caminar y a la hora de la cena, mi ex-tutor, Álvaro, me pidió que diera las buenas noches.Iban sobre nuestras limitaciones, yo me moría de los nervios y de la vergüenza pero, debía darlas, ya que me lo pidió él (y le tengo mucho cariño) y porque pienso que no estaba mal que la gente escuchara como se sentía una chica que había tenido que ir en furgoneta, porque no es todo tan guay como los demás piensan.
Cuando las di, me quedé muy a gusto y orgullosa de mi misma. También me gustó ver como él se sentía orgulloso de mí, ya que esos días necesitaba un poco de ánimo.
Para terminar, nos fuimos a dormir y lo hice genial. Creo recordar que dormí toda la noche seguida, algo muy difícil cuando duermes fuera de casa y rodeado de gente.


En fin, yo sabía que si no descansaba un día no iba a poder seguir, porque el día de antes ya llegué una hora más tarde que todo el grupo y caminaba fatal, si no llego a descansar esa etapa no se como habría acabado. Pero lo importante es que lo acabé y sentí muchísima felicidad.

El siguiente día lo hice sin mochila, como me dijo el médico. Pero el último día lleve la mochila y además, decidí quitarme la rodillera e ir sin nada. Llegar a Santiago como los demás.

Por supuesto, es un camino muy duro pero no se es consciente de cuánto merece la pena hasta que lo haces. Estoy segura de que lo repetiré.
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jueves, 18 de abril de 2019

Palabra inventada: esturfobia

Esturfobia: Es la fobia a estudiar, por mucho que lo intentes es casi imposible curarla, muchos adolescentes la padecen.
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lunes, 15 de abril de 2019

Palabra inventada: estornuno

Estornuno:  ese momento en el que estás segura de que vas a estornudar pero, sin saber cómo, se te pasa.
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martes, 2 de abril de 2019

Palabra inventada: Madrecalizar

Madrecalizar: acción por la que tú pierdes un objeto el cual buscas durante un largo período de tiempo. En ese momento, pides ayuda a tu madre, la cual la encuentra en dos segundos.
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